Miradas Diferentes
“Los ojos del perro siberiano” fue escrita por
Antonio Santa Ana, un escritor argentino, que nació en Buenos Aires. Es editor y especialista en literatura infantil y juvenil. Esta novela, su primer libro, ha sido
traducida al italiano.
Narra en primera persona la historia de dos
hermanos que crecen en una familia donde casi no hay comunicación entre sus
miembros. El hermano mayor, Ezequiel, se va de su casa a los 18 años debido a
la mala relación que tenía con sus padres por el hecho de tener Sida. El
hermano menor desconoce esta situación, en un principio. La familia está
compuesta por Ezequiel, sus padres y su abuela. Ella es la única que continúa a
su lado a pesar de todo y también su perra siberiana llamada Sacha. Frente a esta enfermedad la mirada
de todos cambia: hay miedo, compasión, lástima, dolor. La única mirada que no
cambia es la de su mascota, quien lo sigue viendo como siempre, con la misma
lealtad.
Cuando
el hermano menor se entera de lo que sucede no comprende la actitud de los
adultos que lo rodean y la discriminación hacia su hermano. Visita a Ezequiel
en su departamento y desea estar con él, conocerlo más y acompañarlo en esos
momentos difíciles, pero sus padres no se lo permiten y pocas veces puede ir a
su casa.
Un día lo
dejan ir a ver un partido de fútbol, dándole varias recomendaciones y
diciéndole que esa sería la última salida con su hermano. Recuerda ese momento
con gran cariño ya que fue una tarde diferente en la que pudo compartir con su
hermano algunas cosas y descubrir además, que toca el chelo.
Lo que
más admira de su hermano es que a pesar de todo nunca perdió el entusiasmo y la
alegría. Nunca se entregó.
Ezequiel
muere finalmente, pero le deja una enseñanza: la vida no es más que asomar la
cabeza, para ver qué pasa afuera, aunque haya tormenta.
En mi opinión es una muy buena
historia, real, le puede ocurrir a cualquiera. Es contada a partir de muchos
recuerdos y provoca angustia,
invita a la reflexión. Vale la pena leerla. Nos muestra cómo cuando la muerte está próxima puede cambiar
totalmente la forma de ver la vida.
Creo que para Ezequiel vivir con Sida no fue
fácil ya que todos lo ignoraban, tenían miedo y lástima por él. Es difícil
ponerse en su lugar y emocionante ver que aún así ama la vida, no baja los
brazos.
"Ninguna
enfermedad te enseña a morir. Te enseñan a vivir. A amar la vida con toda la
fuerza que tengas. A mi el SIDA no me quita, me da ganas de vivir"
Es una
historia breve pero reflexiva que nos permite descubrir diferentes miradas de
un tema aún tabú en nuestra sociedad. Miradas de temor, intolerancia, lástima,
enojo y vergüenza, miedo y reproche, curiosidad y misterio…
“Los únicos ojos que me
miran igual, en los únicos ojos que me veo como soy, no importa si estoy sano o
enfermo, es en los ojos de mi perro. En los ojos de Sacha”
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