9.06.2012

Los ojos del perro siberiano - Mailén Toloza


¿Porque nunca hablamos de Ezequiel?

La historia es contada desde el punto de vista de un adolescente, tiene un estilo diferente ya que nunca se conoce el nombre del narrador y se utiliza la perspectiva absoluta, el narrador de esta historia es uno de los personajes principales que nos hace conocer como es la vida en la sociedad de las personas que tienen SIDA. Ezequiel era el orgullo de su padre, lindo, de ojos azules y pelo negro, en pocas palabras el centro de atención en la familia. Y el más chico era el cual no le daban mucha importancia. Todo empezó cuando los papás de Ezequiel se enteraron que había dejado embarazada a su novia, sus padres lo querían obligar a que se casara, pero él no quería, eso termino que después de una fuerte discusión, se termine yendo de la casa. Después de un tiempo el hermano de Ezequiel, averiguo donde él estaba viviendo, y fue a verlo gracias a la ayuda de el mejor amigo, Mariano. Cuando, el llegó al departamento  se encontró con Sacha, la perra de Ezequiel. Después de una larga charla sobre la perra, decide preguntarle al hermano porque había tenido una discusión con la mamá y que había hecho para que desde ese día este todo el tiempo llorando. A lo que él le respondió – PORQUE TENGO SIDA.
Los únicos que le daban importancia a Ezequiel era su hermano, su perra y su abuela, ellos fueron lo que estuvieron hasta el día que murió.
Esta obra nos muestra los prejuicios de la sociedad ante las personas con esta enfermedad, como son tratados o discriminados de alguna manera. También te hace preguntar con que ojos miras a los demás. Me dio mucha pena la muerte de Ezequiel, ya que era un poco injusta, como la muerte de todas las personas con enfermedades pero hace reflexionar sobre como vemos la vida y como muchas veces no nos atrevemos a vivirla o no la valoramos. También muestra de cómo la compañía de un animal se hace tan especial para las personas, en este caso con una enfermedad.
El libro no ofrece una cura milagrosa, no muestra un cambio en la sociedad ni la manera de evitar el SIDA, solo es una historia, como tantas otras, humana y llena de emociones.

Mailén Iara Toloza

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