9.06.2012

La pieza faltante del rompecabezas


La pieza faltante del rompecabezas

Pablo De Santis (texto)
Editorial Alfaguara (2003)

A los siete años, a  Iván Dragó sus padres lo llevan al parque de diversiones pero todos los juegos le daban miedo así que decide jugar a un juego que sea rápido para irse, un juego de puntería, al jugar no acierta ningún tiro pero como premio de consuelo le dan una vieja revista de comics de las aventuras de Víctor Jade. Al final de la revista encuentra un aviso que dice que la Compañía de Juegos Profundos organiza un concurso para elegir al mejor juego del mundo, pero no figura el premio, hasta que se sepa el ganador, decide inventar un juego, y luego de varias semanas, recibe una carta en la que se le comunica que resultó elegido entre otros diez mil chicos y un tatuaje supuestamente temporáneo con forma de pieza de rompecabezas. Él se lo tatúa en la palma de su mano y nunca se le borró, al contrario, el tatuaje se hace cada vez más nítido y vivo.
Esta situación le cambia la vida. Una serie de hechos insólitos comienzan a suceder.
 Al cumplir 12 años, desaparecen sus padres en un viaje en globo aerostático  y se ve obligado a vivir, con su tía Elena, una persona aburrida, seria y amargada que considera que lo mejor es enviar a su sobrino Iván al colegio “Possum”. Este colegio presenta una interesante característica: como fue construido en un terreno pantanoso, de sus diez pisos  cuatro están hundidos en la tierra. Allí conoce a una “niña invisible” y a 2 de sus mejores amigos Ríos y Lagos, los “acuáticos”.
Luego vivió con su abuelo, Nicolás Drago, el famoso inventor de juegos ya sea de imaginación, de dados, de cartas, en la ciudad de Zyl, donde estaba construida la compañía de los “juegos profundos”.
Esta abrirá para él un mundo fantasioso lleno de aventuras y misterios, que culminan cuando Iván logra recuperar la pieza y hace renacer la ciudad.
Opinión
El libro es entretenido y de fácil lectura, pero no es exactamente el estilo literario que me gusta leer. Me resulta demasiado fantasioso, prefiero los libros de suspenso o policiales.

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