¿Viaja usted sola?

El día de la mudanza había llegado. John y Anne se encontraban en su

nueva casa en Chipping Campden, cuando la mujer dijo que el teléfono había sonado y debía dirigirse hacia la casa de su padre en Londres, ya que se encontraba enfermo. John estaba enojado, debido a que no había escuchado el sonido del teléfono.

Era muy sospechoso que Anne fuera a visitar a su padre si nadie había llamado, definitivamente ese no era su destino, pero todavía no sabemos si pudo llegar a ese lugar.

Cuando partió, como era de costumbre, John decidió ir a visitar a sus nuevos vecinos. No habían muchas casas alrededor, sólo la de una anciana. Ella amablemente lo invitó a tomar un té y poco a poco fueron conociéndose. La mujer se llamaba Emma Greewold y al saber que John era escritor, se ofreció a contarle una historia: Un día como cualquier otro, me encontraba en la estación de King's Cross para tomar el tren hacia Edimburgo. Mi tren era el número cinco, pero al subir estaba todo oscuro y cuando intenté

encender la luz, una mujer me pidió por favor que no lo hiciera y preguntó ¿Viaja usted sola? y al asentir con mi cabeza me rogó que viajara con ella. Al ver su cara, me atreví a preguntarle si le

sucedía algo y entre sollozos me dijo: "Un hombre quiere matarme".

Comenzaba a asustarme y le pedí que me contara un poco más su historia. Con pocas palabras Julie, así era su nombre, me dijo que era mucama en la casa de la familia Gardfield y esa noche debía quedarse ordenando todo, ya que sus patrones se encontraban en un viaje a París. Cuando decidió ir a la habitación de huéspedes vio al hombre de la casa de enfrente con una actitud que a ella le pareció sospechosa; así es que, asustada tomó un taxi hacia la estación y allí le pareció verlo nuevamente.

Conmovida le dije que se encerrara en el baño hasta que yo recorriera todo el tren y al regresar golpearía la puerta tres veces.

Puedo jurar que ese hombre no estaba en el tren, así que cuando volví golpeé la puerta tal como le había dicho a Julie.

Juntas volvimos a nuestro compartimiento, dónde después de un rato nos quedamos dormidas.

A la mañana siguiente, nos encontrábamos ya cerca de Edimburgo y para arreglarme me dirigí al baño.

No quise despertar a Julie, pero no había pensado que sería la última vez que la vería. Cuando volví ya era demasiado tarde. Las cortinas estaban cerradas. El asesino estaba allí.

Bajé rápidamente del tren y caminé rápido sin mirar hacia atrás.

Emma hizo una pausa y le preguntó a John si quería escribir ésta historia como su novela. Éste respondió que no y le dijo: Yo ya tengo mi propia historia y comenzará así "Un hombre que tiene por costumbre visitar a sus nuevos vecinos llega a la casa de una anciana totalmente desconocida. Él mismo no sabe, hasta que llama a la puerta, que ha decidido matarla" (Pág. 62)

La anciana asustada le dijo a John que ya era tarde, pero él insistió en que tenía tiempo.

Emma se ofreció para terminar su anécdota y decirle quién era el hombre bajo y calvo que supuestamente había matado a Julie. Antes de ésto, le trajo otra tasa de té a John y pensó "Es un hombre distraído, no llamó a su mujer sabiendo que el teléfono no podía haber sonado y ella podría estar muerta. Sí, definitivamente ambos cayeron en mi trampa". Y continuó.

Los vecinos mueren en las novelas de Sergio Aguirre.